Ante la sorprendente noticia que empezó a circular en la madrugada del día 12 de Julio del año en curso 2015 (penosamente se recordará el día del abogado como en el que se tuvo conocimiento de la fuga de Joaquín Guzmán Loera “El Chapo”) donde en las redes se publicó la segunda fuga del líder del cártel de Sinaloa del Centro Federal de Readaptación Social número uno conocido como “El Altiplano” que fue la primer prisión en nuestro país (supuestamente) de máxima seguridad. Situación que deja mucho que desear y demuestra la inoperatividad del sistema penitenciario federal dependiente de la Secretaria de Gobernación, así como de la cacareacada “Inteligencia” de los Sistemas de Seguridad Internos.
Como abogado litigante en materia penal, he tenido la oportunidad de ingresar a dicho centro federal en infinidad de ocasiones, siendo la primera en el año de 1992 cuando no era conocida la fama de dicho CEFERESO y en aquel año lo conocían como “Almoloya” para posteriormente nombrarlo como “La palma” y actualmente como “El altiplano”. Al conocer en ejercicio de mi profesión dicho reclusorio federal me sorprendió la aplicación de reglas sumamente estrictas para su entrada, reglas que se agravaban más para los familiares o visitantes de los internos. Situación que en el transcurso del tiempo fue aumentando pues las medidas de seguridad se volvieron más estrictas, por poner un ejemplo en ese año de 1992 se permitía el acceso hasta el frente de dicho reclusorio y los litigantes esperábamos el ingreso en el área destinada a trabajo social, donde existía una cafetería, que la separaba de la reclusión por una carretera de dos carriles con doble dirección; actualmente ya no se permite llegar libremente hasta ese lugar y los abogados y familiares tenemos que esperar aproximadamente a medio kilómetro de la puerta principal de acceso a dicho reclusorio donde se encuentra el primer puesto de revisión o de control, a cargo de la Policía Federal.
En mi primer ingreso como defensor penalista a dicho centro penitenciario fungía como Director del mismo el Doctor Juan Pablo de Tavira y Noriega, siendo el Director de Prevención y Readaptación Social de la Secretaria de Gobernación el Abogado y Ex Magistrado Oaxaqueño Ernesto Miranda Barriguete, y Presidente de la República el Licenciado Carlos Salinas de Gortari. Los trámites para registro de defensores son muy exigentes, ya que inician desde la toma de fotografías de cara de frente y perfil; toma de huellas dactilares y especificaciones determinadas en la forma y color de vestir así como de calzar, proporcionando una identificación del tamaño de una licencia de conducir que contiene un registro personalísimo del abogado y que es de uso interno de las fuerzas de seguridad federales que resguardan dicha penitenciaria.
Una vez cubiertos los requisitos de ingreso, el abogado litigante no tiene acceso a áreas comunes sino únicamente a los locutorios que tampoco permiten tener acceso directo con el cliente ya que la entrevista es a través de un vidrio, sin embargo, entre las medidas de seguridad para ingresar desde la puerta de acceso principal hasta el área de locutorios siempre se va acompañado de un elemento de seguridad federal en custodia del litigante quien va autorizando así como exigiendo la impresión de clave con huella al abogado para que se vayan abriendo los diferentes filtros enrejados y controlados cada uno de ellos por una central de mando hasta llegar al locutorio que te designan y siempre vigilados por videocámaras.
Tuve la oportunidad en el área de locutorios conocer por esos años a Rafael Caro Quintero y a Ernesto Fonseca Carrillo “Don Neto” pues como lo dije, al abogado y a su cliente lo dividen vidrios que permiten ver al otro lado del locutorio. Así como en conversaciones con mis clientes, estos me explicaban del maltrato inhumano y degradante que sufren desde su ingreso así como estar aislados del resto de la población penitenciaria y siempre, siempre vigilados por elementos policiacos y video cámaras.
Por eso me sorprende la noticia de la segunda fuga de Joaquín Guzmán Loera “El Chapo” y primera en “El altiplano”, puesto que tengo conocimiento que nunca se había dado uno, solamente suicidios. Puesto que a su servidor le consta que el material con que está construido dicho centro federal es al cien por ciento de concreto causa que a pesar de que la temperatura ambiente en el exterior es fría baja más dicha temperatura por el material pétreo utilizado en su interior, desconozco el área donde dicen que se abrió un boquete para que ingresara el prófugo al túnel de kilómetro y medio que reconoció la misma autoridad gubernamental federal fue el medio para la extracción del penal. Además, tuvo que existir un cálculo de precisión exacta para determinar el lugar de la entrada o salida del túnel, lo que con las medidas de seguridad que he narrado no puede ser posible si realmente se respetaran y lo que hace presumir un alto grado de corrupción en el personal de seguridad federal que tienen a su cargo la vigilancia de los internos.
Este hecho tan bochornoso, demuestra que a pesar de lo que se diga, que la administración y procuración de justicia dentro de ellos la reinserción social no están funcionando, pues no es posible que el CEFERESO que se consideraba de máxima seguridad en el país haya sido (De ser cierto) vulnerado a tal magnitud.
Haciendo a un lado el desprestigio internacional que este acto representa para nuestro país lo que realmente afecta a la sociedad mexicana es el hecho de que a pesar de los vastísimos discursos del Presidente de la Republica, del Secretario de Gobernación y de los mandos Militares y Civiles encargados de la seguridad publica en la realidad no se aplica el imperio de la ley.
Es cierto, que a raíz de dicha fuga fueron puestos a disposición de la SEIDO custodios y director de dicho CEFERESO, sin embargo, Señor Presidente, debe valorar realizar un análisis profundo en cuanto a su gabinete de seguridad y porque no Señor Presidente pedir la renuncia de su Secretario de Gobernación, a quien como lo declaró el año pasado, diario le preguntaba si estaban cuidando bien al prófugo e incluso reflexionar su permanencia como titular del Ejecutivo Federal.
Mi anterior comentario, es como consecuencia de todos y cada uno de los hechos que han acontecido en la administración presidencial vigente y no es válido justificar una administración con discursos vanos y huecos, sin resultados reales.
Quedo de ustedes.
Mtro. en D. C. Gerardo Francisco López Thomas.