
A principios del mes de marzo de este año, no imaginamos lo que significaría en el ámbito de nuestro ejercicio profesional como abogados, la llegada de la pandemia por el Sars Cov 2, comúnmente llamado Covid-19, nos veíamos muy lejos de llegar a la segunda y tercer fase anunciada por la Organización Mundial de la Salud y demás autoridades sanitarias tanto federales como estatales; sin embargo, al anunciar el inicio de la cuarentena en México en una primera temporalidad a partir del 18 de marzo al 20 de abril del año que transcurre, la improvisación en muchos sentidos fue nuestra mejor aliada, desde el aprender a vivir en comunidad en nuestras propias casas con los integrantes de nuestras familias, al grado tal de hacer uso de los medios tecnológicos, para cumplir con nuestros actividades, como estudiantes, trabajadores de cualquier dependencia pública o privada; y en lo particular, seguir desempeñándonos como todos los días a litigar, diseñar estrategias, brindar asesorías, preparar demanda y demás actividades, propias del área jurídica como abogados litigantes.
Bajo las circunstancias narradas, como ya lo mencioné, cada persona, grupo, ente, empresa, e institución tuvo que diseñar los mecanismos para seguir, dentro de lo posible, cumpliendo con su misión y responsabilidad, distribuyendo el recurso humano y material de forma tal que se pudiera cumplir con los objetivos propios de cada área. Por lo que respecta a la impartición de justicia no todos los órganos jurisdiccionales y administrativos han podido continuar de forma normal con su trabajo por las circunstancias concretas en que nos encontramos, sin embargo en otras materias la implementación de mecanismos que permitan el trámite de asuntos y medidas urgentes fue necesario desde el primer momento de la declaratoria emitida por las autoridades sanitarias; como es el caso de la impartición de justicia en materia familiar, con la finalidad de que pudieran atender casos urgentes en los que estuvieran involucrados los grupos más vulnerables, como es el caso en el que se vieran afectados los derechos de menores de edad, violencia familiar, separación de cónyuges, medidas de seguridad y las demás casos urgentes contenidos en los artículos 962 y 963 del Código de Procedimientos Civiles Vigente; ante esta situación el Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca implementó la atención a estas solicitudes en los juzgados familiares del distrito judicial del centro, así como en los juzgados civiles y mixtos que conocen de la materia familiar, distribuidos en las demás regiones del Estado, mediante la guardia de una o dos personas por juzgado, y por lo que respecta a los juzgados del Distrito Judicial del Centro, el turno al juzgado correspondiente se realiza mediante la oficina de oficialía de partes común de los Juzgados Civiles y Familiares; por lo que durante el tiempo que se ha mantenido la suspensión de actividades jurisdiccionales en otras materias, por lo que respecta a la materia familiar, la actividad judicial no se ha detenido, y ello sin duda es una acción que se debe reconocer al Poder Judicial del Estado, pues más allá de simplemente acatar las determinaciones emitidas por las autoridades sanitarias, diseñó un plan emergente con los recursos que tiene, para proteger a los niños, niñas, mujeres y personas de la tercera edad cuyos derechos pudieran estar en riesgo, así como procurar la salud de los operadores del sistema de justicia así como de las demás personas que acudimos para cumplir con nuestro trabajo.
¿Este plan emergente ha funcionado?
La respuesta inmediata desde luego que es sí, sí ha funcionado, ha cumplido con su deber de garantizar y proteger los derechos de los y las justiciables, de garantizar el acceso efectivo a la justicia en sus tres fases, el derecho de acceso a la jurisdicción, a la sustanciación del procedimiento y la eficacia de las resoluciones emitidas; lo anterior como ya lo manifesté bajo las circunstancias hostiles y limitadas que se pueden tener ante un pandemia como la que de forma histórica estamos viviendo y para la cual nadie estaba preparado.
En lo que va de la pandemia, hemos solicitado medidas urgentes de separación de cónyuges, ya que por el resguardo domiciliario en algunos casos la cónyuge es violentada en grados mayores al estar todo el tiempo en el mismo espacio que su agresor, hemos solicitado guardas y custodias provisionales por el riesgo de que el menor de edad sea separado de su madre, pensiones alimenticias en los casos en que personas adultas mayores se han quedado sin empleo y sin apoyo de sus hijos, a quienes se les decreta una pensión alimenticia provisional de forma inmediata, y recuperaciones de menores en los casos en que el menor corre algún riesgo con el progenitor no custodio; la mayoría de los juicios fueron presentados por medio de comparecencia, tomando en cuenta las medidas de sanidad implementadas a nivel nacional, y en dos casos por demanda en forma escrita, (esto lo determinamos de acuerdo a la naturaleza del asunto, en la que se corrieran menos riesgos al no exponer a nuestros clientes a salir de casa); y en cada uno de los procedimientos se obtuvo la medida solicitada, en algunos casos fue necesario el desahogo de audiencias de carácter familiar y por tanto la notificación a la parte demandada, por lo que hemos tenido la interacción necesaria con secretarias judiciales, juezas y actuarios, lo que nos ha permitido conocer de cerca las condiciones en las cuales se encuentran cumpliendo con su deber. Y que si bien no son las ideales, han sido las mejores ante esta contingencia.
La opinión en contra ante este plan emergente
En el transcurso de la contingencia he leído en redes sociales opiniones contrarias emitidas por compañeros abogados, las cuales son respetables, pero no las comparto; en cuanto a que las estrategias implementadas por el Poder Judicial del Estado de Oaxaca al respecto, no funcionan, no sirven o es como si no existieran, ante esas opiniones cabe hacerse una pregunta ¿Es la forma en la que está tratando de trabajar el órgano jurisdiccional o somos los abogados los que no estamos poniendo la parte que nos corresponde?; esta interrogante surge por que como lo expresé en párrafos anteriores, el plan implementando no es el ideal pero si es el mejor en este momento, nos ha permitido litigar de una forma poco común y que tal vez ya no se repita en mucho tiempo o mejor aún, algunos abogados tomaremos lo bien aprendido de esta contingencia para implementar nuevas estrategias o mecanismos de trabajo en nuestros asuntos posteriores.
Es cierto que la materia familiar es muy demandante, que existen más controversias en materia familiar que en materia civil o mercantil, tan es así que el año pasado y este se implementaron dos juzgados más en materia familiar por la carga de trabajo y por qué no decirlo, por el rezago que existe en algunos juzgados, y esto se debe a la crisis social que estamos viviendo, en la que cada vez hay más familias disfuncionales, ensambladas o menos valores a nivel general. Con lo anterior no se justifica la carga de trabajo pero si debemos tener claro que es el contexto en el que estamos viviendo; sin embargo a pesar de ello se implementó esta “forma” de administrar justicia en esta materia tan compleja e importante. Ante esto como abogados también nos corresponde innovar, salir al juego con nuevas estrategias, con nuevos conceptos e incluso actitud, partiendo siempre desde un enfoque comprometido con nuestro cliente, pero objetivos y éticos con la actividad judicial, no solo de adular cuando nos den la razón y despotricar en su contra cuando no se falle a favor.
¿Qué viene para los órganos jurisdiccionales en materia familiar después de la contingencia sanitaria?
En palabras simples, mucho trabajo, tal vez más de lo normal, porque si bien por disposición de su superior jerárquico se les instruyó trabajar a distancia “por qué no son vacaciones”, también lo es que un juzgado está integrado por áreas, y cada área tiene una función importante, y al faltar una de ellas el trabajo se ve interrumpido y en alguna parte de la cadena el trabajo se va a detener, y esto porque no se está trabajando en condiciones normales, y es ahí donde de alguna u otra forma en el momento que se apertura el trabajo normal de los juzgados y se reanuden plazos y términos, existirá carga de trabajo pendiente por resolver, y sumando desde luego los más de seiscientos juicios nuevos que se iniciaron durante la contingencia. Sin embargo no solo los juzgados trabajarán a marchas forzadas, también los abogados haremos lo propio, pues de alguna manera tendremos que contribuir para hacer posible que los asuntos se tramiten de forma rápida, con uso de los medios tecnológicos, y la promoción de actos que impulsen el procedimiento aún en los casos en que el juez pueda acordar de oficio, así como redoblar el esfuerzo humano para estar pendiente de cada uno de nuestros asuntos.
Esto es lo que viene después de la contingencia, y no solo en la materia familiar; sin embargo, aún con los puntos en contra, de forma personal reconozco el trabajo que están realizando los y las juzgadoras con sus respectivos equipos de trabajo, de forma emergente ante la contingencia; y como lo mencionaba en el párrafo anterior sería bueno que el Poder Judicial del Estado de Oaxaca pudiera valorar lo importante que fue implementar este plan por los resultados obtenidos, y valore el hecho de implementar guardias en materia familiar los fines de semana, días festivos y periodos vacacionales, porque ya nos dimos cuenta que las controversias familiares urgentes, no cesan ni aunque estemos en medio de una pandemia mundial, histórica y tan controvertida.